El solo hecho de que una marca se venda en todo el mundo le otorga una aurora de excelencia, pero también un conjunto de obligaciones. Para maximizar el valor del alcance global, las empresas deben gestionar ambas cosas.
Las marcas globales no pueden ocultarse nunca han sobresalido más en la mente de los consumidores. De hecho, la mayoría de las transnacionales no se da cuenta de que la gente las ve de manera distinta de cómo ve a otras empresas.
Como son dominantes, las marcas globales son vistas como instituciones poderosas, capaces de hacer mucho bien y también de causar un daño considerable, cuando se realiza una investigación de mercados descubrimos que la mayoría de las personas prefieren una marca global por sobre otra debido a las diferencias en las cualidades globales de sus marcas, las empresas deben aprender a gestionar esas características (precio, imagen de la marca). Eso es algo crucial, ya que el crecimiento futuro de la mayoría de las empresas probablemente provendrá de los mercados extranjeros.
Para entender cómo los consumidores perciben las marcas globales, las empresas deben pensar acerca de ello en términos culturales. La cultura se crea y se preserva principalmente mediante la comunicación. En las sociedades modernas, la comunicación adopta muchas formas más: artículos de periódicos y revistas, transmisiones de radio y televisión, contenido por Internet, libros, películas, música, arte y, desde luego, publicidad y comunicaciones de marketing. Todo esto de forma universal y disponible par el consumidor, estos factores obligan a las personas a verse en relación con otras culturas.
La marcas globales están en constante competencia con otras marcas, por ejemplo: en la mayoría de los países Toyota lucha con Ford y Volkswagen, Nokia se enfrenta a Motorola y Samsung, Sony encara a Nintendo y Microsoft y un sin fin de marcas globales que se esfuerzan para lograr la superioridad y la preferencia del consumidor.
Las marcas globales no pueden ocultarse nunca han sobresalido más en la mente de los consumidores. De hecho, la mayoría de las transnacionales no se da cuenta de que la gente las ve de manera distinta de cómo ve a otras empresas.
Como son dominantes, las marcas globales son vistas como instituciones poderosas, capaces de hacer mucho bien y también de causar un daño considerable, cuando se realiza una investigación de mercados descubrimos que la mayoría de las personas prefieren una marca global por sobre otra debido a las diferencias en las cualidades globales de sus marcas, las empresas deben aprender a gestionar esas características (precio, imagen de la marca). Eso es algo crucial, ya que el crecimiento futuro de la mayoría de las empresas probablemente provendrá de los mercados extranjeros.
Para entender cómo los consumidores perciben las marcas globales, las empresas deben pensar acerca de ello en términos culturales. La cultura se crea y se preserva principalmente mediante la comunicación. En las sociedades modernas, la comunicación adopta muchas formas más: artículos de periódicos y revistas, transmisiones de radio y televisión, contenido por Internet, libros, películas, música, arte y, desde luego, publicidad y comunicaciones de marketing. Todo esto de forma universal y disponible par el consumidor, estos factores obligan a las personas a verse en relación con otras culturas.
La marcas globales están en constante competencia con otras marcas, por ejemplo: en la mayoría de los países Toyota lucha con Ford y Volkswagen, Nokia se enfrenta a Motorola y Samsung, Sony encara a Nintendo y Microsoft y un sin fin de marcas globales que se esfuerzan para lograr la superioridad y la preferencia del consumidor.
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